martes, 14 de enero de 2014

No cuestionarse la autoridad trae consecuencias, siempre que recibas una orden seas quién seas y venga de donde venga, no la acates sin más, pregúntate siempre para que haces las cosas, con que fin o que consecuencias va a traer tu colaboración y reflexiona si es coherente con tus valores éticos, pues de no ser así caeremos en algo muy peligroso que Hannah Arendt definió como "la banalidad del mal".



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